Sobre Covers de juegos – Parte 1

He traído ganas de hablar sobre este controvertido tema por un largo tiempo. Y recientemente al ver este tipo de juegos en las tiendas, en publicaciones de los jugadores en las redes, o al ver un juego del cual me dan ganas de hacer un ‘cover’, me he preguntado:

¿Qué tan válidos son los Covers en juegos?

Contexto sin pretexto

Hace tiempo escuché una entrevista con el comediante mexicano Chumel Torres, quien menciona que mientras encontraba su estilo característico, comenzó imitando a comediantes estadounidenses, adaptándolo al español y a la cultura local. Esto sin la ‘bendición’ de dichos comediantes.

También vemos a personas en el transporte público o en restaurantes, que cantan canciones populares a cambio de una ‘propina’. Generalmente no se le retribuye al autor original, aunque la interpretación pública es tan pequeña que no hay un ‘gran daño a perseguir’.

Vemos también escuelas que hacen obras de teatro, basados en personajes de Disney, o grandes obras internacionales y me pregunto… ¿Estarán cubriendo los derechos, o todo estará en un área gris?

Acá no quiero señalar “esto está bien”, “esto está mal”, pues cada persona que lea este texto tendrá una opinión diferente, de acuerdo a su contexto y ideología. Quiero hacer una reflexión, más personal, hacia dónde quiero llegar como diseñador y como líder de un estudio estando rodeado de este tipo de juegos. Igual te invito a que dejes tu comentario al final para nutrir la charla.

¿Cómo sería un cover en juegos?

Para esta reflexión sería el uso no autorizado de un concepto que ya existe, haciendo una reinterpretación personal. Por ahora no considero el uso autorizado, que generalmente involucra una licencia, contrato y regalías con los dueños de los derechos.

Obviamente cuando hay un interés económico y no tenemos autorización, el problema se intensifica, pues se está aprovechando una propiedad intelectual conocida para sacar un provecho propio.

Así como en una canción sería usar la misma letra y música, con una voz propia; o en en la comedia sería contar el mismo chiste con una diferente interpretación, en un juego sería utilizar la misma base de mecánicas, temáticas y contenido.

Vemos ‘Reskins’ y ‘Mods’, donde al juego que ya existe se le cambia la ilustración. También hay casos en que se modifican levemente los textos y los personajes, o incluso se edita alguna mecánica, cambiando quizás unos números.

Podríamos decir que son esencialmente “el mismo juego” y al ya conocerlo, nos es más fácil acercarnos que si fuera algo “completamente original”, con mecánicas, personajes, ilustraciones y nombres desconocidos por el público. Como jugadores nos gusta sentir que algo ya es familiar y comprobado, y tendemos a acercarnos a lo conocido, o a lo que ya es masivo. El consumidor es cruel con las nuevas propuestas, yo diría.

Por ahora no tomaré en cuenta la postura que se ve frecuentemente en redes de que los ‘Derechos de autor’ están mal, todo debería ser libre, y la piratería es siempre válida, pues como creador de juegos me gusta respetar los derechos (morales y patrimoniales) y también que respeten los míos.

Tampoco tomaré en cuenta juegos, frecuentemente de origen asiático, que son exactamente el mismo juego, mismas cartas, mismas ilustraciones, quizás con una calidad muy similar. Eso sí, aun precio menor. Para mi son copias, ni siquiera inspiraciones o reinterpretaciones.

Veamos algunos ejemplos en juegos de mesa

En el terreno de las copias podemos encontrar casos como “The Binding Of Isaac Four Souls Juego De Mesa Español Nuevo” (2018). En Mercado libre encontramos la publicación que indica “Producto genérico impreso por mí”. Fabricado y distribuido por una imprenta en México. Esto entra más en la copia, aunque me llama la atención que se maneje como “Producto genérico impreso por mí”.

Quizás ya conoces “El fantasma travieso” de la conocida editorial Montecarlo:

Que es curiosamente similar a “Fantasma Blitz” (2010):

Y esta semana me encontré con Pania Woah Games – Quienes somos, buscando en Mercado Libre MX el juego “Love Letter” (2012). Me llamó la atención uno llamado “El Tesoro de Draxx (tipo Love Letter)”. Al tener en su título la mención a Love Letter, “se cuela” en las búsquedas.

Al ver el contenido del juego, vemos que es un Love Letter ‘reskineado’. Con diferente arte, aunque las mecánicas son exactamente las mismas.

Analizando un poco a Pania Woah

Al estar investigando más, encuentro que la mayoría de los juegos de esta empresa están basados en juegos ya conocidos.

Vemos inspiración en Sushi Go, Werewolf, Taco Cat Goat Cheese Pizza, Rhino Hero, Dodos Riding Dinos, Virus, Splendor, MonsDRAWsity, entre otros que no reconozco aunque podrían estar inspirados en otros juegos modernos (¿tú reconoces alguno que me faltó?)
Y también, ¿cómo no? Haciendo juegos no oficiales de Harry Potter.

Como se menciona en ¿Quiénes somos?, esta creación artesanal de juegos está apoyada por Asociaciones e Instituciones de México, que de cierta manera legitiman estos productos y forma de crearlos. O por lo menos no pusieron impedimento en esta forma de comerciar juegos.

Otros casos en crowdfunding

En Kickstarter podemos ver también casos polémicos como The Fall of Kingdoms: Thrilling Game of Strategy & Deception. De entrada este proyecto utiliza la controvertida Inteligencia Artificial (AI) que no mencionaremos ahora, y sobre el tema de los covers, vemos comentarios como este:

“Este juego es casi una copia exacta del juego ‘Coup’, que ha sido rediseñada usando arte AI. ¿Cual es su opinión en la clara réplica de un juego existente?”

Y vemos esta respuesta:
“Los dos comparten algunas similitudes, estas son las diferencias más fuertes: Destiny Cards […], Two Ways to Eliminate a Player, Introduction of Morale, Different Character Abilities, Stackable Actions, Accuse, Multi-Layered Design, Negotiations”…

Análisis de colegas

Al platicar sobre la postura pública de Pania Woah, recibí comentarios como los siguientes:

Cuando vi su catálogo me sorprendió la cantidad de juegos para tan poco tiempo, luego entrando al detalle… Justo ahí está el detalle.

Es siempre el dilema de la piratería (aunque sea artesanal y esté bonita), apoyar al individuo que se está ganando la vida con esto, mermando las ganancias de los involucrados en el desarrollo original […], que también buscan ganarse la vida y definitivamente hay mucho más esfuerzo detrás.
Más allá del evidente plagio, me gustaría comprobar la calidad de los componentes.

Mi análisis rápido

Al enseñar diseño de juegos, sugerimos a los novatos que empiecen haciendo pequeñas modificaciones a un juego que ya existe. Por ello los mods son tan populares. Al construir sobre algo probado, es más fácil encontrar jugadores y ganar el interés del público. En los talleres de diseño vemos frecuentemente el “Monopoly de Undertale”, el “Catán de Star Wars”, o una versión más ligera del Euro de moda, por mencionar algunos.

Mientras se haga un ‘fair use’ con fines de aprendizaje, y no comerciales, esta práctica es ‘aceptada’ por los autores originales e incluso legal. Nuevamente, cuando se hace con fines comerciales entramos en los terrenos de lo ‘mal visto’, ilegal y reprobable. Tanto lo que las autoridades castigan, como lo que algunas personas rechazan.

No falta el amigo que hace su “Exploding Kittens” (2015), remplazando los gatos por algún otro animal como Ajolotes.

Otro colega hizo la “Lotería de Cheems”, del que investigando rápidamente encontramos que los memes están en un área gris muy interesante, tanto para el material original como para la derivación.

En un ejemplo más complejo, un colega escribió un Mystery Dinner basado en Harry Potter, cuidando de no mencionar las marcas registradas, aunque en el fondo sabemos que existe un © WIZARDING WORLD DIGITAL LLC. y HARRY POTTER™.
La historia y los personajes creados, sí son propiedad del colega. Todo lo demás sigue siendo de los autores originales de la novela y las películas.
Esto es lo que lo hace tan complicado. ¿Hasta que punto es válido hacer dinero creando sobre lo de alguien más? La línea delgada está al combinar nuestra creación original con marcas y conceptos que pertenecen a otra persona o grupo.

Generalmente se hacen tirajes cortos, que se ofrecen de forma artesanal en eventos locales. Ya después encontramos estos productos a través de redes y ‘marketplaces’. Lo cual me parece curioso, pues estas tiendas digitales con tal de llevarse una comisión, ignoran si el vendedor tiene derecho de comerciar estos productos.

En la teoría, la ley protege a las Marcas (nombres propios de juegos y personajes) y a la ilustración (no puedes poner exactamente una imagen del Pato Donald). Me han llegado ‘Cease and Desist’ por utilizar accidentalmente un nombre registrado por alguien más, lo que lleva o a pelear por demostrar que se usó el nombre antes, o por cambiar el nombre al producto (lo que hicimos). Por lo que que sí, al menos esta es una protección que existe en ciertos casos, para proteger a los autores originales.

Aunque las mecánicas no se pueden proteger exactamente, es esperado que el juego proponga una combinación única de mecánicas, para ser reconocido ante el público y la crítica como una propuesta suficientemente nueva.

En la práctica, al final de cuentas por algo existen todos estos juegos y estamos hablando de ellos. En un medio donde un 90% de los juegos no cumplen las expectativas de los creadores, principalmente económicas, tomar estos atajos son una opción que surge rápidamente, aunque discretamente. Son una oportunidad en un área gris para quien la esté tomando. Claro que conlleva riesgos, tanto en daño a la imagen (que es subjetivo cuanto puede impactar), como en que los jugadores no quieran consumirlos o venga un problema legal (más objetivo al afectarse el bolsillo).

Queda en las personas autoras decidir qué tanto riesgo quieren tomar al montar sus productos sobre una IP ya existente. Esto se suma a las controversias modernas, como sobre-prometer, quedar mal en una campaña de crowdfunding, o usar inteligencias generativas. Claro que mientras el impacto sea pequeño, hay menor riesgo de recibir daño económico, lo que para producciones artesanales en torno a los cientos de piezas, podría ser un “riesgo calculado”… O una inocencia del lado del creativo que ignora las implicaciones, y problemas que esto “podría” ocasionar.

Esto pone un dilema ético y legal sobre la mesa. ¿Es correcto como jugadores, diseñadores y profesionales de la creación de juegos, permitir estos covers no autorizados?, ¿Debemos destinar energía a reportar estos casos ante las tiendas o autoridades?… Y quizás más importante, ¿Lo haríamos nosotros?

Esta es una decisión muy interesante, de la que continuaré platicando en una siguiente entrada.


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